25.4.07

Cantando, cantando...

Otra vez volví a tropezar en la misma piedra, y a instancias de un creciente número de aficionados que han ido venciendo su timidez inicial frente al micrófono, volví a montar una nueva fiesta de karaoke en español el pasado 12 de abril en el Club Latino El Sol, para variar de nuevo. Y es que si se reincide, hay que hacerlo completamente y con todas las consecuencias.

Así pues, antes de llevarla a cabo, por supuesto, hice la correspondiente ronda de invitaciones, no sólo a mis estudiantes en la UJ, sino también a mis amigos de la Universidad de Ciencia y Tecnología (AGH) y a las personas de la sección española del Círculo Científico de Estudiantes de Europeística.

Como no podía ser menos, acudieron a esta nueva convocatoria un gran número de personas, aficionadas y amigas de lo español. Aunque esta vez, he de señalar que la estrella indicutible de este karaoke fue mi amigo japonés Daisuke, el cual, entre otras lindezas, se arrancó sin complejos por Ricky Martin y nos deleitó con Livin' la vida loca, arrancando aplausos por parte del personal. Como dije a los allí presentes: "lo extraño no es ver a un japonés cantando en un karaoke, sino que lo haga en español", lengua que le encanta a Daisuke.

Otra gran protagonista fue mi amiga Anna Cisowska, profesora de español en la Universidad de Ciencia y Tecnología, la cual no sólo nos deleitó con su voz, sino que además animó a muchos de los asistentes a que siguieran su ejemplo, micrófono en mano.


En fin, otra noche de encuentro y del discurrir de un tiempo estupendo entre amigos del español y, por supuesto, de la música. Como siempre, hay que darle las gracias a Miguel (uno de los propietarios de El Sol), por sus esfuerzos en el montaje de toda la infraestructura, así como a Ola, la encargada del local que, además, nos dejó su ordenador recién reparado, y que, por suerte, salió indemne de la prueba...



De visita en Wrocław

Durante las pasadas fiestas de Semana Santa, dado que iba a gozar de algunos días de asueto, nada mejor que planificar una visita a aquellos lugares de Polonia en los que, por una u otra razón no había podido estar. En este caso, me decidí por Wrocław, ciudad polaca al suroeste del país, que hasta 1945 había pertenecido a Alemania con el nombre de Breslau.

Como eso de viajar solo es una cosa que no me va mucho, acordé con mi amigo japonés, Daisuke, que podríamos ir ambos, además de que, se daba la feliz circunstancia de que Daisuke tenía en Wrocław a una buena amiga, japonesa también, y lectora de japonés en la universidad de esta ciudad, que se llama Kisei.

Así pues nos armamos de valor y paciencia para aguantar un viaje en tren de más de cinco horas, y al final, tras una jornada contando chistes, españoles y japoneses en polaco (pues esta es la lengua en la que Daisuke y yo hemos decidido comunicarnos), llegamos por fin. La suerte de Kisei, esta amiga de Daisuke, es que vive en el Rynek (Mercado Central) de Wrocław, por lo que contábamos con un lugar inmejorable para nuestros devaneos turísticos por la ciudad.

Además, Kisei es bastante conocida allá y tiene una gran cantidad de amigos, por lo que no resultó nada extraño que nos montara una fiesta de bienvenida en su piso, la cual se prolongó hasta altas horas de la madrugada, para disfrute nuestro y molestia de algunos vecinos.

Otra sorpresa: la comida japonesa. Kisei contaba con una muy bien surtida despensa de productos netamente japoneses, por lo que nos obsequió todos los días con platos típicos de Japón. Para Daisuke fue un reencuentro con la cocina de su tierra natal y para mí todo un descubrimiento de ricos sabores.

Por supuesto, tuvimos tiempo para el turismo y pudimos gozar de traquilos paseos por la cidad, apoyados por una guía estupenda: Miki, también japonesa y amiga de Kisei y de Daisuke, la cual lleva ocho meses viviendo en Wrocław.

Como siempre digo, las imágenes hablan por sí solas, por lo que no me extenderé más y dejaré que el milagro de la técnica multimedia ofrezca un acercamiento a los parajes de esta bella ciudad, la cual está plagada de edificios característicos de la arquitectura alemana.

Para comenzar, hay que ser educados y presentar a Daisuke y a Kisei...


Detalle de una librería en el centro de Wrocław... Aunque puedo asegurar que no se dedica a la entomología.

Plaza cercana al Rynek de la ciudad. Tenemos aquí un edificio perteneciente a la Universidad de Wrocław.


Detalle de la puerta principal de este edificio


Curiosa estatua, frente al edificio de la Universidad de Wrocław, cuyo aspecto hace pensar en el transcurrir de los años y, probablemente, en un nocturno ambiente de misterio, propio del Romanticismo...

Típica iglesa del casco antiguo de Wrocław. Obsérvese la distribución, propia de la arquitectura alemana eclesiástica.

El Mercado Central de Wrocław. La verdad es que el edificio, que data de principios del siglo XX, combina elengacia de estilo con el dinamismo propio de una sociedad que va descubriendo nuevos avances...

Resultaba significativo sacar aquí una foto, dado que se trata de una casa del obispado de Wrocław, frente a la catedral, en la cual se hospedó Juan Pablo II del 25 de mayo al 1 de junio de 1997.

Catedral de Wrocław. No hay mucho más que decir, salvo destacar el estilo propio del barroco alemán en una planta de crucero, con dos torres en primer término de gran altura.

Detalle de la entrada de la Catedral de Wrocław.

Pasaje de una calle del centro de Wrocław. Me recuerda mucho a la calle de San Juan, en Brugges, Bélgica.

Seminario Mayor de Wrocław. Aquí se forman los futuros sacerdotes de la diócesis. Obsérvese la bella factura de este edificio.

Torreón perteneciente a la casa parroquial de una iglesia situada justo a las espaldas de la Catedral.

Cursioso monumento situado en un parque de Wrocław, que, obviamente me incitó a sentarme y compartir mis pensamientos con la compañera de piedra de al lado... Aunque, la verdad, era poco conversadora.

Ratusz, o atiguo edificio del Ayuntamiento de Wrocław, situado en la Plaza del Mercado, o Rynek, de esta ciudad.

También los duendecillos ayudan al servicio de Obras Públicas de Wrocław...

En el edificio del Ratusz, hay un lugar (Piwnica) en donde se fabrica y se sirve directamente al público una cerveza, que, por cierto, está muy rica... ¡Hay que probarla!

Obviamente, y como no podía ser menos, Wrocław se une a las celebraciones por la concesión a Polonia y Ucrania de la sede de la copa de la UEFA de 2012.

Vista de algunas casas típicas del Rynek de Wrocław.

Por último, lugar donde estuvimos pernoctando: se trata de la casa rosada, de en medio. Primer piso...

2.4.07

¡¡¡Me renovaron!!!

Hoy recibí un correo electrónico de la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI), en el cual se me comunica que han estimado favorablemente mi labor realizada hasta el momento como lector MAEC-AECI, y que, por ello, me renuevan dicho lectorado para el período 2007/2008.

Nada más hay que decir al respecto, sino que me siento tremendamente contecto y que espero que mis esfuerzos por difundir el español vayan dando sus frutos.

Quiero desear suerte a todas aquellas personas que han solicitado un lectorado en esta convocatoria y espero que sus expectativas se vean colmadas.

¡¡¡Ánimo y a difundir con energía y ganas el español!!!

Nihil novum sub sole

Hace ya prácticamente un mes que no escribo en el blog, y ello no se debe ni a dejadez ni a desidia, sino a no tener virtualmente tiempo para nada. A las clases que imparto en la universidad y al curso de polaco que estoy realizando, añadí recientemente la práctica de la natación los fines de semana, por ahora con unos relativos resultados poco menos que desesperanzadores: me tocaba aprender a nadar, y por ello me puse a tal menester, aún cuando suponía que, dado mi inigualable estilo "perrito" que mal que bien garantizaba mi flotabilidad, podría afrontar con una relativa facilidad el hecho de tirarme a la piscina, en el sentido más literal de la expresión.

Pues bien: hasta ahora, sólo sé que no sé nada, y por ello, los días que he estado yendo a nadar, han terminado con una ingente cantidad de agua tragada en mi haber, haciendo que, cada salida de la piscina sea la de alguien con apariencia de padecer hidropesía. Si bien pudiera parecer descorazonador, bien es cierto también que me sigo esforzando y, por ello, últimamente noto que trago menos agua y que consigo controlar mejor la respiración.

En otro orden de cosas, hace un par de semanas me desplacé a un bello pueblo de montañas, llamado Muszyna. ¿El asunto? Observar cómo mis estudiantes de metodología, que están realizando las prácticas pedagógicas (algo parecido al CAP en España, aunque, en este caso, se realiza durante los estudios), daban clase a un nutrido grupo de alumnos del Liceo XX de Cracovia, que se habían retirado durante una semana a este paraje sin par para realizar lo que se llama un Obóż Językowe, o sea, un campamento de lenguas. Así pues, combinando los estudios ordinarios de bilogía, física, matemáticas, lengua polaca, etc..., también se centraban en clases intensivas de idiomas: en este caso, el inglés y el español.

Este viaje se debe a que, desde hace un par de años estoy coordinando las prácticas pedagógicas en lengua española en la Universidad Jaguielónica de Cracovia, dado que no había, en el momento en el que arrivé a la misma, ningún especialista en formación de profesores de español como lengua extranjera. Así pues, dado que me tocó a mí formar a los futuros profesores de enseñanza secundaria de español, también tuve que arrostrar esta situación de buscar centros de enseñanza que impartieran español como segunda lengua, que estuvieran dispuestos a tener estudiantes en prácticas y que, además, no fuera una carga para el centro.

Aparte de eso, me siento muy a gusto con esta labor, dado que es muy gratificante ver cómo tus estudiantes ponen en práctica técnicas y estrategias de enseñanza y cómo intentan, día a día mejorar sus capacidades y aptitudes. Esto lo sé de primera mano, dado que me dedico a hacer rondas de visita por los centros de enseñanza y asisto a las clases de mis estudiantes, a fin de hacer un compedio de situaciones que debían haber afrontado de una manera u otra y nos sirve a todos para analizar los problemas surgidos en el aula, a la par que buscamos fórmulas para mejorar la docencia. Esto es, pues, lo que justificaba mi presencia en este campamento de lenguas.

Muszyna es un pueblito, casi una aldea, situado en el sureste de Polonia, cerca de la importante ciudad de Tarnów, y lindando con la frontera de Eslovaquia, aunque se puede apreciar mejor su situación en el siguiente mapa:


Volviendo al tema que nos ocupa, mis estudiantes se comportaron muy bien dando las clases, y además tuve tiempo de sacar algunas fotos del lugar cuando salía a comprar el periódico o a respirar un poco de aire fresco. Pero como siempre digo, una imagen es mejor que mil palabras, así que allá va el repertorio:


Extraño monumento del que no tuve ocasión de saber mucho. Cuanto menos, es curiosa su forma y el contraste que hace con el fondo arbolado... ¿o no?

Este es el Centro Comercial de Muszyna. Típico edificio de la época comunista, recoge las reminiscencias del estilo minimalista, a la par que, desde una postura ecléctica, se funde con el típico estilo montañés polaco.

Vista de una parte de Muszyna. Es un pueblo pequeño, surcado por una larga travesía central, por lo que las casas y naves, se apilan alrededor de la misma.

Típico ejemplo de religiosidad polaca. Estos pequeños altares, rematados en forma de cruz, y siempre hechos en madera, son típicos de los pequeños pueblos polacos.

Este es un ejemplo de las capillitas típicas de esta zona. Tienen una arquitectura de corte ortodoxo, y ello se debe a que en esta zona se concentraron una gran cantidad de personas provenientes de Ucrania, de religión ortodoxa, fruto de las deportaciones masivas que hizo Stalin en los años '30 y '40.

Ejemplo de casa de la denominada "arquitectura balnearia". Muszyna, como otros pueblos de montaña, resultaron ser un excelente retiro para aquellos que deseaban visitar balnearios próximos. Fruto de esta actividad turística, resultó este estilo arquitectónico, que podemos encontrar a todo lo largo del sur de Polonia, en zonas cercanas a balnearios.

Vista de la Plaza Central de Muszyna. El día no acompañaba, pero ello no obsta para que resulte bella...

Otra vista de la Plaza Central de Muszyna.

Típico ejemplo de casa de montaña en Polonia, toda ella en madera. Es muy usual aún que se sigan construyendo este tipo de casas, tanto en zonas urbanas como extraurbanas.

Una vivienda unifamiliar de agricultores en Muszyna. Las casas de pueblo, normalmente son bastante grandes, de dos o tres plantas, y es tradición que se construyan cuando alguien se casa para formar una familia. Por ello, suele colaborar toda la familia del novio en la construcción, que se realiza en fines de semana, a lo largo de unos años.

Otra perspectiva de la travesía que cruza Muszyna de parte a parte, conectando a este pueblito con la civilización...