30.5.08

Salomea se remojó

Bueno... El tiempo pasa, como decía en el mensaje anterior, y a veces no lo hace en vano. De hecho, nuestra pequeña Salomea ya tiene 5 meses (¡quién lo diría! Si parece ayer cuando nos llegó...) por lo que el pasado 25 de mayo le tocó que le dieran el remojón.

Así que, todo dispuesto para el bautizo, nos pertrechamos durante toda la semana anterior de ganas, hambre, alegría... Y por supuesto, su papá, Miguel, también se estuvo pertrechando de comida para ofrecer una gran fiesta a sus invitados.

Duchado, peinado, desodorado y perfumado, me presenté en la iglesia de los Padres Franciscanos para ejercer los buenos oficios de padrino de la pequeña, y al terminar la misa de rigor (1 hora y 20 minutos de misa, que en Polonia es el tiempo normal de duración, acompañada a ritmo de órgano y coros) nos dirigimos a la capilla de Santa Salomea, que -¡qué casualidad!- se hallaba en esa iglesia para efectuar el bautizo de rigor.

Nos llegó un padre franciscano mayorcete y con una sonrisa de oreja a oreja, que, ante la sorpresa de muchos, llevó a cabo la ceremonia en español, por lo que sólo el papá, algunos amigos y el que suscribe pudimos seguirla. En cualquier caso, Salomea se portó muy bien durante toda la ceremonia y ni siquiera protestó por el chorreón de agua.

Y allí me hallaba yo, sosteniendo la vela de rigor y siguiendo un ritual que, de vez en cuando hacía que la madrina (la cuñada de la mamá de Salomea, Agnieszka, que obviamente es polaca) me preguntara en voz baja: -¿Y qué dice, qué dice...?

En fin, una vez terminado el acto religioso, comenzamos el acto civil, mucho más alegre y satisfactorio, especialmente para las tripas y para reencontrarte con amigos a los que no veías desde hace tiempo.

Nos pasamos a un salón amplio que amablemente nos habían cedido los franciscanos en su monasterio y que se hallaba repleto de viandas exquisitas que habían sido preparadas por Damián, un maravilloso y experto cocinero mexicano que reside aquí en Cracovia, Miguel, el papá de la criatura, y en mucha menor medida, con mi modesta ayuda (para algo uno es el padrino, ¿no?). Por supuesto, comida mexicana que la gente paladeó disfrutó, alternándola con interesantes conversaciones.

Tras la comida, recogida del local y salida hacia la segunda parte de la fiesta: ¿adivinarán mis lectores a dónde...?

Evidentemente, al Club Latino El Sol, del que Miguel es copropietario... ¿dónde si no?

Allí no sólo bebimos a la salud de la pequeña sino que, sobre todo, seguimos comiendo y cantando, dado que algunos de los amigos latinos que viven por estos lares son músicos profesionales y se dedican a eso: a cantar y tocar. Así que a ritmo de saxofón, de guitarra, de bongos, de cumbia y salsa, de rancheras y de pop, de sones y de bachata, festejamos a la salud de nuestra Salomea, deseándole que toda la vida se le presente siempre como una bonita aventura en la que la bondad, la paciencia, el cariño y los buenos momentos sean los elementos más abundantes en la misma.

Otra fiesta de cumpleaños, otro año más viejo...

El pasado día 17 de mayo perpetré, de nuevo, otra fiesta de cumpleaños en la que se reunieron conmigo amigos, compañeros de trabajo, algunos de mis estudiantes y demás hierbas... Por supuesto, nos encontramos, como es natural, en el Club Latino El Sol, marco incomparable de las actividades que mes a mes voy inventando y que, como no podía ser de otro modo, también sirvió de escenario a este atentado contra el aburrimiento y la tristeza.

Si bien no fue tan espectacular como la del año anterior, sí es cierto que lo pasamos muy bien todos los allí reunidos, especialmente porque nos reímos mucho (y también bebimos ídem), y porque me hicieron unos regalitos muy graciosos que me llegaron al alma. La única lástima es que fotos no hay, dado que a mí se me olvidó la cámara y parece que también a todos los que fueron, además de que, como es obvio, nadie me regaló una cámara (¡qué triste!), pero siempre quedarán los buenos recuerdos.

A todos los que vinieron, quiero darles las gracias, especialmente a mi amiga Claudia, maravillosa nicaragüense que se desvive por los demás y que tiene una sonrisa esplendorosa, así como a su novio, Krzysztof, los cuales me ayudaron de pinches de cocina para tener a tiempo las humildes viandas con las que agasajé a mis invitados.

También quiero dar las gracias a todas las personas que pasaron por allí: me hicieron pasar muy buenos momentos de charla y animaron constantemente la velada con sus idas, venidas, comentarios, hechos... Gracias, de todo corazón.

En fin, muy entretenido, aunque después de eso (y de la resaca que quedó al día siguiente), uno se pone a reflexionar sobre el paso del tiempo y sobre cómo la edad fluye libremente hacia adelante (por desgracia), impidiéndonos volver a vivir el pasado, sobre todo esos momentos que echamos de menos por haber sido muy importantes y estupendos para nuestras vidas...

En fin, lo dejaré aquí, dado que vuelvo a empezar a ponerme metafísico. Miraremos hacia adelante y esperaremos con ansia y deseo lo que nos depare el futuro...

7.5.08

Encuentro con SS. AA. RR. en Varsovia

Ayer, día 6 de mayo, tuve la opotunidad de asistir invitado al encuentro que Sus Altezas Reales los Príncipes de Asturias celebraban en Varsovia con los españoles residentes en Polonia. Ni que decir tiene que ya tengo una pequeña "batallita" para contar a mis nietos (en el caso de tenerlos), de que un día pude saludar personalmente al príncipe Felipe y a la princesa Letizia.

Un acto entrañable, con esa manifiesta cercanía que la Casa Real española siempre ha tenido hacia la ciudadanía y que tanto es de elogiar, en el que se dieron cita personas al servicio de España en Polonia, empresarios, personajes del mundo académico e incluso estudiantes españoles residentes en Varsovia.

El acto comenzó con una alocución del príncipe Felipe a los asistentes, la cual terminó indicando que pretendía hablar, aunque fuera un momento, con cada uno de los allá congregados: como persona de linaje y casta cumplió, y con una afabilidad que, si bien han pregonado siempre los medios de comunicación, aunque nunca se ha visto en persona por parte del que suscribe hasta este momento, departió amigablemente con prácticamente casi todos los allí congregados, que le trasladaron siempre mensajes de apoyo a la Casa Real, con la emoción que se tiene cuando tienes delante a quien está llamado a representar a tu patria en el futuro.

Un acto simpático y calido en el que tuve la oportunidad de conocer a diversas personas que mostraron su lado más humano y en las que descubres que, a pesar del cargo o a pesar de las inversiones que tienen, son eso: personas, con ganas de comunicar, de compartir, de que quieren pasar un rato tranquilo y agradable charlando con otras personas que, si bien no tienen intereses comunes, comparten una nacionalidad y un espíritu común.

Dijo el Príncipe algo importante: los que estamos en el extranjeros hemos de esforzarnos por transmitir la mejor imagen de España, y en eso tiene mucha razón: mal favor nos hacemos a nosotros mismos y a nuestro país si ni tan siquiera somos capaces de recordar nuestras raíces y esmerarnos cada día en dejar bien alto el pabellón español.

La única nota discordante, aunque con mucha simpatía y sin animosidad, la pusieron esos estudiantes de intercambio en Varsovia: cuando se marchaban Sus Altezas Reales comenzaron a cantar a voz en cuello la famos canción de Manolo Escobar, Que viva España, y a decirle a la princesa Leticia: "Leticia, guapísima, gracias por venir y por las copas".

Quiero pensar que sólo es una muestra de esa extroversión española que tanto aprecian los extranjeros y que, si bien estaba un poco fuera de tono, hay que agradecerla en el sentido de que nacía del corazón y no de la mala intención.

Esperemos que pueda contar en más ocasiones hechos como este y tener un buen album de recuerdos para el futuro, aunque desgraciadamente no sean gráficos, dado que nos indicaron que no podíamos usar ni cámaras fotográficas ni teléfonos móviles.

Aparte de todo... ¡es vedad! ¡Qué alto es nuestro príncipe!




Invitación cursada para el acto (espero no infringir ninguna norma de protocolo, dado que es la buena voluntad lo que me mueve a colocarla en el blog)

1.5.08

Dando otra vez el cante


Lo cierto es que no hay nada como ser reincidente en ciertas situaciones, y así, volvimos a celebrar una fiesta de karaoke en español el pasado 10 de abril, con el aliciente, eso sí de colaborar con la Sección de Español del Centro de Lenguas Extranjeras de la AGH (Universidad de Ciencia y Tecnología).

Como no podía ser de otra manera, otra vez Miguel y Jorge, propietarios del club latino El Sol se prestaron a participar en este atropello contra la música, con lo cual dejamos la cuestión del sitio cubierta.

Eso sí, aquel día sudamos tinta porque tuvimos problemas técnicos y no pudimos empezar hasta las 10 de la noche, cuando lo planeado era haberlo hecho a las 9 de la noche... En fin, ¡cosas del directo! A pesar de ese retraso, hubo muchísima gente con ganas de cantar, tanto de la UJ como de la AGH, con lo cual no faltaron nuestros artistas polacos cantando en español.

Lo pasamos muy bien y fue una noche de encuentros, sorpresas y que dejó ganas de repetir a todos los asistentes... ¡veremos cuándo!