10.9.08

De paso por Transilvania, como Bram Stoker

En los días 25, 26, 27 y 28 de agosto realicé un viaje a la ciudad de Cluj-Napoca, en Rumanía, situada en pleno corazón de la región de Transilvania, famosísima tierra que Bram Stoker popularizara con su libro Drácula. El motivo de este viaje fue mi participación como conferenciante en un curso inscrito dentro del Programa Intensivo El proyecto de una identidad europea, financiado por la Unión Europea y organizado por la Universidad de Colonia (Alemania) con el título en esta edición de: "La convivencia de los pueblos en la Unión Europea".

Dicho programa está coordinado por el catedrático emérito del departamento de Estudios de España, Portugal y América Latina de la Universidad de Colonia, el profesor
Christian Wentzlaff-Eggebert, sin duda una de las personas más interesantes y profundas que he podido conocer a lo largo de mi vida, el cual aúna unos conocimientos enciclopédicos junto a un humanismo a ultranza, con lo cual se transforma, quizá en uno de los pocos humanistas y pensadores del siglo XXI que merecen tal nombre.

En cualquier caso, diserté sobre un tema que puede constituir, desde el plano lingüístico un acercamiento al fomento de la convivencia entre distintas sociedades y pueblos en la Unión Europea, concretamente sobre la comunicación en Internet y la creación de neolenguajes teleáticos que permiten la interacción entre personas que dominan códigos lingüísticos distintos.

Pero además de dicha disertación, no sólo los conferenciantes hemos impartido charlas, sino que también los alumnos participantes tenían que exponer diversas conferencias realicionadas con esta temática, creando un clima abierto en que profersores y estudiantes discuten en un foro abierto, intercambiando experiencias y conocimientos.

A mí, personalmente, esta idea me parece estupenda desde todos los puntos de vista, dado que se fomenta la creatividad de los estudiantes, a la par que se les inicia en la investigación y, por otra parte, tienen la oportunidad de discutir su trabajo en un foro abierto con los profesores que participan en dicho curso, que son a la vez oyentes de dichos estudiantes.

Aparte de todo eso, también hubo tiempo para realizar pequeñas excursiones por la ciudad, la cual puedo decir que ha constituido una muy grata sorpresa para mí, dado que, además de su buen clima, también he encontrado personas abiertas y cordiales, así como un notable eclecticismo arquitectónico, el cual se podrá ver en las fotografías que se ofrecen con posterioridad.

Antes de pasar a las fotografías, he de indicar que el centro de Cluj-Napoca se articula en torno a dos grandes plazas, cercanas entre sí, las cuales están cada una lideradas por la catedral católica y la catedral ortodoxa respectivamente. Así, tenemos una plaza en la que aparecen edificios sobrios y acordes al estilo de dicha catedral católica, mientras que en la plaza correspondiente a la catedral ortodoxa podemos ver edificios del siglo XVIII y XIX, que guardan semejanzas con los edificios del París neoclásico, hallándose cerca de esta última plaza una relativa veta de modernismo, como se podrá ver a continuación:


Vista de un castillo transilvano, tomada desde el tren que me conducía hacia Cluj-Napoca

Paisaje típico y eterno de Transilvania. Como en este caso estábamos en verano, se desmitifica esa imagen nevosa y nocturna que Stoker intentaba transmitir

Lo primero que dije cuando vi este banco fue "¡Mira! ¡El banco de Drácula!" Y es que los mitos literarios nos influencian al final demasiado...

Imagen del centro de Cluj-Napoca

Catedral católica de Cluj-Napoca

Plaza circundante de la catedral católica de Cluj-Napoca

Al fondo, casa de Matei Corvin, famoso artista rumano

Curioso escudo labrado en la entrada de una tienda de antigüedades. El profesor Antonio Castellanos, de la Universidad de Cádiz, que me acompañó en este paseo, indicaba que probablemente se tratara de la cartela de la casa de un curtidor de piel

Interesante... Parece que no hace falta colocar señales de tráfico para los garajes en Rumanía...

Como anécdota, si Banca Transilvania era el banco de Drácula, obviamente no podía faltar su compañía aérea, que eso de volar como murciélago, a ciertas edades ya debe de hacerse pesado...

Ejemplo de eclecticismo arquitectónico, pues el edificio se hallaba al lado de múltiples inmuebles del s. XVIII

Iglesia ortodoxa

Entrada del soportal de la iglesia ortodoxa de la fotografía anterior

Edificio de la Universidad de Cluj-Napoca

Iglesia católica en Cluj-Napoca

Teatro Nacional Rumano, en la plaza de la catedral ortodoxa

Vista general de la plaza correspondiente a la catedral ortodoxa

El monumento frente a la catedral ortodoxa (no soy yo, por supuesto), corresponde a un pastor llamado Miguel, que encabezó en el siglo XIX una victoriosa revuelta contra el Imperio Otomano en esta zona

Catedral ortodoxa de Cluj-Napoca

Edificio central de la policía. Obsérvesen los detalles modernistas del mismo

Un regreso esperado

Llegó el verano y, tras un largo tiempo lejos de la patria y de casa, tocaba volver. Así que el día 12 de julio, con las maletas preparadas, me dispuse a volver a España. La verdad es que ya se echaba de menos, tras un largo curso académico muy intenso, poder disfrutar de los aires patrios.

Tomé el avión en Cracovia, escala en Munich y aterrizaje en Madrid. Desde allí, a las pocas horas, y tras un fugaz encuentro con mi gran amigo Fernando en la estación de Chamartín, tomé el tren que habría de llevarme a Almería, Ciudad de la Luz, tal como se refiere a ella la propaganda turística. La verdad es que fue un viaje relativamente largo, pero anhelado y allí pude reencontrarme con amigos y amigas a los que no vía desde hacía bastante tiempo.

Tras pasar una agradable semana en Almería, tomé el autobús y desde allí me dirigí a Andújar, localidad de la provincia de Jaén donde residen mi padre y mis hermanos. Reencuentro familiar emotivo, acompañado, eso sí, de un calor insoportable. Comprobé que mi familia se hallaba estupendamente y que todo parecía marchar bien, por lo que despejé ciertas preocupaciones de mi mente. De lo que no dejé de preocuparme fue del sempiterno calor del valle del Guadalquivir, que me castigó continuamente: será quizá porque ya me he acostumbrado al tiempo cracoviense y para mí ahora 25 grados de temperatura son suficientes. Pero no: hube de aguantar los 40 y un poco más, durante otra semana casi.

En cualquier caso, fue un reencuentro con la pequeña ciudad de provincias donde crecía y con algunos amigos que allá quedaron hace tiempo. La impresión: de estatismo absoluto, sin apenas cambios ni en la fisonomía urbana ni en el ambiente social. Es como si la ciudad que has conocido en tu infancia permaneciera estáticamente situada en un espacio y un tiempo determinados que no varían. Para el reencuentro coon tus raíces está bien, porque todo sigue siendo igual, pero te preguntas dónde está el progreso, qué hay nuevo que esa ciudad pueda ofrecer a sus habitantes... En fin, más de lo mismo.

Tras Andújar, tocó el regreso a Madrid para tomar el avión de vuelta a Cracovia el día 30 de julio (como se puede apreciar, no fue una estancia demasiado larga en España), con otro fugaz reencuentro con mi amigo Fernando y mi amiga Mavilde -su novia-, y por fin, regresé a Cracovia.

La verdad es que este regreso a España me ha transmitido una sensación muy positiva, a pesar del tremendo calor reinante (cosa que ya casi había olvidado), por lo que durante todo el tiempo de mi estancia, me hice muy amigo de la ducha, donde permanecía largos periodos de tiempo varias veces al día, a fin de aliviar los ardores provocados por el incesante sol.

Ahí van a continuación algunas fotos que tomé en el viaje:

Vista de la calle Real con la imagen al fondo del Puerto de Almería

Panorámica del Paseo de Almería, avenida central de la ciudad

Vista del antiguo cargadero de mineral o "Cable Inglés", construido en el siglo XIX bajo planos de Gustav Eiffel

Vista del Paseo Marítimo de Almería, cerca del Zapillo

Vista de la carretera de Costacabana, que une la ciudad con la Universidad de Almería

Entrada de la Universidad de Almería

Vista del inicio de la Rambla de Almería, desde la zona del puerto, la cual cruza la ciudad de sur a norte

Fuente en el parque Nicolás Salmerón, frente al Puerto de Almería

Plaza de la Catedral, con la catedral de Almería como fondo. Es la única catedral-fortaleza de toda España, lo cual explica la ausencia de altas torres que pudieran ser utilizadas como blanco para un eventual bombardeo costero

Torreo y espadaña de la catedral de Almería

Un típico invernadero almeriense, motor económico de la provincia

Otro invernadero, cerca de la barriada de Bellavista

Molino perteneciente al parque eólico ubicado al norte de la provincia de Almería

Inicio del olivar de la provincia de Jaén, primera productora de aceite de oliva del mundo

Curioso anuncio en Andújar, donde se ofertan trajes típicos regionales andaluces así como complementos para el caballista

31.8.08

De turista por Cracovia

La verdad es que cuando nos encontramos residiendo en una ciudad fuera de nuestro país, no prestamos atención a esos pequeños detalles que encierra el hecho de tomar una cámara de fotos y andar por esa ciudad como una especie de turista accidental -o incidental-, a la par que uno se deleita tomando diversas instantáneas de las zonas, lugares, edificios o aspectos más reseñables de dicha ciudad.

Ese ha sido mi caso al residir en Cracovia ya hace algún tiempo. No me había planteado hasta la fecha el hecho de que, a pesar de que ya es una ciudad muy conocida para mí, muchas de las personas que hablan conmigo, que me escriben o me llaman por teléfono, no han visto Cracovia ni han tenido la oportunidad de apreciar su belleza.

En parte, para compartir esa belleza urbana, en parte para que la gente se haga una idea de donde estoy, a principios del mes de julio decidí dar varios paseos de fin de semana, cámara en ristre, por la zona del antiguo barrio judío de la ciudad (Kazimierz) y por la zona del castillo de Wawel, a fin de retratar los aspectos más reseñables del mismo.

Así que inmortalicé diversas partes del mismo para vuestro deleite, ofreciendo las distintas imágenes a continuación:


Estatua en Plac Wolnica (plaza de la Libertad) en la zona de Kazimierz

Iglesia de San Lorenzo, en Kazimierz

Típico mercadillo de domingos en Plac Nowe (plaza Nueva), punto central de Kazimierz

Casa de vecinos típica en Plac Nowe

En Kazimierz suelen encontrarse aparcados vehículos típicos de los años 50 y 60 como reclamo turístico. Normalmente, frente a algún hostal o bar típicos

Sinagoga judía en la calle Miodowa

Típico pub de la zona de Kazimierz, la cual se caracteriza por ser una importante zona de ocio de la ciudad

Casa de vecinos en la calle Miodowa

Cartel anunciador del pub "Propaganda", el cual se ambienta en la época del comunismo en Polonia

Vista de la esquina de la calle Dietla con la calle Stradom, que es la calle que une Kazimierz con el castillo de Wawel y, por ende, con el centro de la ciudad

Típicos palacetes y casas solariegas de la calle Stradom

Wista general del castillo de Wawel desde la calle Stradom

Justo enfrente del castillo de Wawel hay una cervecería que se anuncia con este curioso camión de reclamo

Pequeña ermita situada al final de la calle Godzka, enfrente del castillo de Wawel

Otra vista del castillo de Wawel