Para quien no la conozca, fue la fundadora de los estudios de Filología Hispánica en Cracovia, y gran difusora del español en el territorio polaco. Hace de eso algo más de 30 años, y parece que, por ella, no ha pasado el tiempo. Gran investigadora, centrada en la literatura española medieval y del Siglo de Oro, tiene en su haber una gran cantidad de publicaciones entre artículos, monografías y libros. Además, fue Directora del Instituto de Filología Románica de la UJ, así como Directora permanente de la Sección de Filología Española y Portuguesa de dicho Instituto.
También, entre otros cargos, desempeñó durante una larga temporada el de presidenta de la Asociación Polaca de Hispanistas, a la cual pertenezco. Pero se nos fue. El pasado día 1 de octubre se jubilaba, tras una dilatada carrera académica, a los 70 años, y con una enorme lucidez sobre la vida y lo español.
Por eso, tras arduos trabajos preparatorios, el día 7 de octubre se presentó un libro dedicado a su figura (del cual soy coeditor), titulado Con España en el corazón. Y ahí precisamente es donde siempre tuvo a España y a su cultura: en su corazón. No por ello ha luchado más que nadie para difundir el español en Polonia y para que numerosas generaciones de estudiantes puedieran apreciar y saborear no sólo la lengua, sino también la cultura y la forma de ser hispánicas.
Teresa deja un gran vacío en nuestra vida, pero no en nuestros corazones y nuestros recuerdos. Hay quien decía de ella que era un "ogro", pero quizá es que no eran capaces de ver la perspicacia y la finura con la que afinaba sus puntos de vista y su desenfado al llevarlos a la verbalización. Creo que, por suerte, sí que logré verlo así y además, creo que ella podía percatarse de que era así, y por ello pude compartir maravillosos momentos de intercambio intelectual con ella.
No era doña Teresa, sino simplemente "Teresa", un espíritu joven e inquieto encerrado en un cuerpo dominado por la edad. Así era ella y así seguirá siendo. No voy a negar que la echo de menos, dado que ella me brindó la oportunidad de ingresar en la enseñanza universitaria en Polonia. Pero no la voy a echar de menos por esa circunstancia: lo voy a hacer porque ella se lo merece, porque logré encontrar a una mujer cultísima, noble y encantadora, que sabe lo que es la vida y sabe lo que son las personas. Teresa, estés siempre donde estés (que no ya en la universidad), mi admiración y mi respeto siempre irán contigo. No bastarán suficientes palabras para expresar el anhelo de que todos los retos que afrontes sean exitosos. Ahora y siempre.
Gracias por todo, Teresa.
También, entre otros cargos, desempeñó durante una larga temporada el de presidenta de la Asociación Polaca de Hispanistas, a la cual pertenezco. Pero se nos fue. El pasado día 1 de octubre se jubilaba, tras una dilatada carrera académica, a los 70 años, y con una enorme lucidez sobre la vida y lo español.
Por eso, tras arduos trabajos preparatorios, el día 7 de octubre se presentó un libro dedicado a su figura (del cual soy coeditor), titulado Con España en el corazón. Y ahí precisamente es donde siempre tuvo a España y a su cultura: en su corazón. No por ello ha luchado más que nadie para difundir el español en Polonia y para que numerosas generaciones de estudiantes puedieran apreciar y saborear no sólo la lengua, sino también la cultura y la forma de ser hispánicas.
Teresa deja un gran vacío en nuestra vida, pero no en nuestros corazones y nuestros recuerdos. Hay quien decía de ella que era un "ogro", pero quizá es que no eran capaces de ver la perspicacia y la finura con la que afinaba sus puntos de vista y su desenfado al llevarlos a la verbalización. Creo que, por suerte, sí que logré verlo así y además, creo que ella podía percatarse de que era así, y por ello pude compartir maravillosos momentos de intercambio intelectual con ella.
No era doña Teresa, sino simplemente "Teresa", un espíritu joven e inquieto encerrado en un cuerpo dominado por la edad. Así era ella y así seguirá siendo. No voy a negar que la echo de menos, dado que ella me brindó la oportunidad de ingresar en la enseñanza universitaria en Polonia. Pero no la voy a echar de menos por esa circunstancia: lo voy a hacer porque ella se lo merece, porque logré encontrar a una mujer cultísima, noble y encantadora, que sabe lo que es la vida y sabe lo que son las personas. Teresa, estés siempre donde estés (que no ya en la universidad), mi admiración y mi respeto siempre irán contigo. No bastarán suficientes palabras para expresar el anhelo de que todos los retos que afrontes sean exitosos. Ahora y siempre.
Gracias por todo, Teresa.
Aquí me encuentro soltando un pequeño discursito dedicado a Teresa, en polaco y con muchos errores, por supuesto...
Fotografía con algunas compañeras de la Sección de Filología Hispánica (de izquierda a derecha): Małgorzata, Ewa, el que suscribe, y Rosanna.
Aquí tenemos una panorámica de los asistentes, con Rosanna en primer plano y conmigo y Teresa al fondo...
Nuestra homenajeada, Dª Teresa, brindando a su salud con el Excmo. y Mfco. Sr. Rector de la Universidad, el profesor Dr. habilitado D. Karol Musioł
Primer plano de la profesora Dra. habilitada Dª Teresa Eminowicz-Jaśkowska, objeto de nuestro homenaje.
Emotiva entrega que le hice a Dª Teresa de el pesado y enorme canasto de flores que se ve en primer plano...
Fotografía con algunas compañeras de la Sección de Filología Hispánica (de izquierda a derecha): Małgorzata, Ewa, el que suscribe, y Rosanna.
Aquí tenemos una panorámica de los asistentes, con Rosanna en primer plano y conmigo y Teresa al fondo...
Nuestra homenajeada, Dª Teresa, brindando a su salud con el Excmo. y Mfco. Sr. Rector de la Universidad, el profesor Dr. habilitado D. Karol Musioł
Primer plano de la profesora Dra. habilitada Dª Teresa Eminowicz-Jaśkowska, objeto de nuestro homenaje.
Emotiva entrega que le hice a Dª Teresa de el pesado y enorme canasto de flores que se ve en primer plano...
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