Con cada cambio de año, todos hacemos un esfuerzo por proponernos nuevas intenciones a cumplir en el nuevo año que se nos viene encima. Ya me he dado cuenta que, por muchas intenciones que me proponga, tiendo a ser, como muchos otros, un animal de costumbres, con lo que las mismas quedan en agua de borrajas.
No obstante, y para que no quede en saco roto, en lugar de pensar en mí, voy a pensar en los demás, por lo que ahí van mis buenos deseos para el año 2008:
- Para que soñar siga siendo algo gratuito y al alcance de todos.
- Para que vivir sea algo cotidiano y normal y deje de ser un riesgo en ciertos países, lugares y parajes.
- Para que la tristeza sea sólo algo que nos enseñe a ser más fuertes y seamos capaces de aprender de ella.
- Para que la esperanza esté presente siempre en nuestras vidas como una suave lluvia veraniega que nos empapa constantemente.
- Para que los que tienen mucho tengan menos y los que tienen poco tengan más.
- Para que la solidaridad no sea una mera palabra y de verdad sea un hecho continuamente presente en nuestras vidas.
- Para que los ideales que deben regir la vida de las personas de verdad lo hagan y no se queden en una mera imagen de la hipocresía.
- Para que el respeto mutuo sea una consigna universal y no sólo el texto de discursos socio-políticos.
- Para que la felicidad llegue a todos por igual y todos se alegren por los éxitos ajenos.
- Para que la miseria se convierta sólo en un recuerdo lejano.
- Para que todo el que busque algo bueno, realmente lo encuentre y se sienta satisfecho de haberlo hallado.
- Para que no haya necesidad de expresar nunca más buenos deseos hacia los demás, porque éstos siempre estarán presentes en nuestras vidas.
- Para que quien ame, sea amado y quien no sepa, aprenda a amar siendo amado.
- Para que todos los deseos anteriores se cumplan.