En este caso, le tocó a la República Checa aguantarme, y así, entre el 14 y el 19 de febrero he pasado unos días muy tranquilos en un pueblo llamado Český Těšin, el cual linda fronterizamente con un pueblo polaco llamado Cieszyn.
Han sido unos días descansados desde la perspectiva intelectual, aunque ciertamente he estado andando mucho arriba y abajo y no he tenido tiempo de aburrirme, buscando lugares para fotografiar (como se podrá ver más adelante), visitando los museos e iglesias que allá había y, por supuesto, acompañado siempre de buenas lecturas para hacer un descanso fructífero y entretenido.
Lo cierto, es que aparte de la enrevesada grafía checa, la lengua es bastante parecida al polaco una vez que se escucha con atención, por lo que no han existido problemas de comunicación (además de que en Český Těšin todo el mundo prácticamente hablaba polaco, por lo que constituye un lugar interesante al respecto del estudio de lenguas en contacto y situaciones de bilingüismo activo).
Las fotografías que he tomado, alternativamente son de Český Těšin y de Cieszyn, dado que bastaba cruzar un pequeño puente de no más de
Como siempre digo, las imágenes valen más que las palabras, y con ellas dejo a mis lectores para que se deleiten:
Dicho y hecho... Allá voy hacia la aventura de adentrarme en la República Checa...
Iglesia del Corazón de Jesús en Český Těšin
Imagen de San Juan Nepomuceno, en un gran parque de Český Těšin
Imagen del Ayuntamiento de la ciudad de Český Těšin
Imagen del Monasterio-Hospital de Santa Isabel, en Cieszyn.
Imagen de la Plaza del mercado de Cieszyn
Imagen del torreón del Castillo de Cieszyn
¿No recuerdan aquella canción que decía en su estribillo "...el venao, el venao..."?
Esto era un monumento a algo o a alguien en concreto... Aunque por la pinta, debería ser un monumento al accidente de Rosswell...
No hay comentarios:
Publicar un comentario