22.2.07

¡Ay! ¡Lo que escriben mis estudiantes!

Revolviendo papeles en mi casa, pues mi sentido de la inquietud por la inacción que provoca el período vacacional que ya está llegando a su fin hace que necesite cambiar una y otra vez las cosas que se acumulan, poco a poco, en mis estanterías, he encontrado un texto que bien merece la pena de ser inmortalizado en estas páginas. Bien es verdad que tengo la terrible manía de guardar cualquier papel que considero interesante -y tengo que añadir que son muchos los papeles que obtienen esa calificación-, para olvidarlo después en el baúl de los recuerdos (o más bien, la correspondiente estantería sobrecargada de demasiados papeles que, a la larga, serán inútiles), pero también es cierto que, de vez en cuando, alguna joya del pasado regresa a mis manos, como hoy es el caso.

Así, el texto en cuestión es una redacción que pertenece a una alumna que finalizó sus estudios hace dos años y que ésta me entregó para corregir ya en los estertores de su último año de carrera. Como quiera que fuere, ésta dejó de venir a clase para prepararse los exámenes, y una vez satisfechos los mismos de forma satisfactoria, marchó inmediatamente al extranjero para buscarse la vida de la mejor manera posible, con su título recién obtenido bajo el brazo, igual que un recién nacido dicen que trae siempre un pan...

En cualquier caso, no la volví a ver y nunca tuve la oportunidad de devolverle el texto... Aún así, a pesar de tratarse una redacción escolar para comprobar el nivel de conocimientos sobre la lengua escrita, en aquel momento lo guardé, por no sólo considerar a este texto interesante, sino también "singular". No voy a explicar el por qué de dicha sigularidad, sino que será mejor que el texto hable por sí mismo, máxime cuando no se sabe exactamente de qué se habla hasta la mitad del mismo... Si hubiera sido un afamado escritor quien lo redactara, seguro que más de un lector lo habría podido considerar un grácil juego en la arquitectura del lenguaje...

En fin, no pretendo ser más pesado de lo necesario, por lo que allá va la transcripción literal de dicho texto (ruego indulgencia por algunas incorrecciones sintácticas y gramaticales, pero claro, no se puede pedir peras al olmo...):

De muchos fenómenos y espectáculos culturales españoles destaca sobre todo la corrida, que actualmente es uno de los temas más 'sensibles'. Todo esto es el resultado de los numerosos adversarios y partidarios de la corrida. Cada uno de estos dos grupos presenta sus argumentos subrayando lo bueno o lo malo que se conecta con dicho fenómeno. El texto titulado "La corrida" [no se titulaba así, pero bueno... (nota del transcriptor)] describe este espectáculo, su historia y la importancia que tiene en el sur de España, o sea, en Andalucía. El texto nos hace pensar y reflexionar sobre la corrida y sus ventajas o desventajas. Porque ninguno de nosotros queda impasible en cuanto a la corrida.

Merece decir que este fenómeno deriva de una tradición española muy antigua ya que llegó a España con los árabes. Sobrevivió durante muchos siglos pero el colmo de la popularidad lo alcanzó en los siglos XVI y XVII cuando aun los reyes participaban en ella.

La manera de luchar con el toro [¡por fin explicita a qué se refiere! (nota del transcriptor)] (a caballo) cambió en el siglo XVIII y desde entonces ya tiene las reglas y forma iguales a las actuales.

El texto nos ofrece una descripción general de la corrida sin dar una opinión sobre dicho espectáculo. En mi opinión, a la corrida se la debe tratar como arte, porque debido a la organización en ella, al profesionalismo de los toreros, sus trajes de luces, la corrida resulta ser "una obra". No nos damos cuenta de que cada paso y cada movimiento de 'espada' [¿por qué entrecomilló "espada"? (nota del transcriptor)] tiene su sentido. Y no cada torero puede participar en la corrida. Éstos que ya luchan con los toros están bien preparados para el enfrentamiento y saben exactamente cómo no hacer sufrir demasiado al toro. Y si uno estuviera en la arena, si viera las emociones del público, al instante entendería que la corrida está muy arraigada en la en la mentalidad y tradiciones españolas y por lo menos desde este punto de vista hay que respetarla.

Concluyendo, el texto de la corrida nos acerca a uno de los elementos inseparables de la vida española. Si España es pues, a la corrida, y nadie tiene el derecho a despreciarla. Es arte y por eso merece el respeto.

J.S. (2005)

Bien, hasta aquí el texto... Puede pensarse que sea malicioso con mis notas o acotaciones, pero no. Ese no es el caso: quiero resaltar que en ningún momento mi intención es burlarme de cómo escribe, pero sí que el lector haga un análisis pragmático de lo leído y que llegue a sus propias conclusiones... si puede. La verdad, es que desde el punto de vista precisamente pragmático, no tiene desperdicio...

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