2.11.06

El laaaaaaaaaargo puente de Todos los Santos

Bien se sabe que Polonia no es un país dado a fiestas ni a otras zarandajas de similar calibre, dado que los polacos, en muchas ocasiones, nacen y viven para trabajar. Se puede decir lo que se quiera de ellos (que muchos tópicos hay por ahí), pero lo que nunca se puede obviar es el hecho de que sean tan trabajadores.


Para mi sorpresa, esta semana pasada caminaba por un pasillo de la universidad, cuando escucho a mis espaldas una voz que me dice: -¡che, pibe! ¿Qué pensás hacer esta semana que viene?- Claro está, inmediatamente reconocí ese acento y entonación: mi amiga Ewa, la polaca más argentina de toda Cracovia (de hecho, entre nosotros, la gente dice que ya hablaba español con acento argentino incluso antes de ir por primera vez a Argentina) y una de las mejores personas que uno se puede encontrar para que le alegren el día.


Así que, me volví y le dije de esta guisa: -¿pues qué quieres que haga? Preparar clase y pasar el día de los Santos visitando cementerios...-


-¿Pues no sabes qué?- Me vuelve a interpelar.


-No-, digo ya con cierto desconcierto...


-Pues que tenemos toda la semana libre: martes, día del Rector; miércoles, festivo; jueves, día del Rector; y el viernes yo, querido, no tengo clase, así que el sabadito y el dominguito también para mí...-


Ante tan tamaña declaración, ¿qué podía hacer? Me despedí medio azorado de ella, mientras comenzaba a hacer cálculos mentales: -a ver, a ver... Hoy es miércoles. Termino el viernes, así que tengo el sábado y el domingo... El lunes no tengo clase. El martes y el jueves día del Rector y el miércoles es fiesta...- Y hasta ahí llegué, porque mientras pensaba que me salían once días libres, resulta que recordé que no: tengo dos clases el viernes que no se salta ni una liebre, y esas las tengo que dar. Pues nada, se me chafaron estas vacaciones.


De todas formas, parece que daban suficiente para ir a Praga, a Budapest, a Vilna o a Kiev... Varios destinos a elegir y todos ellos cercanos en el tiempo, pero como no fue así, dado que tenía una gran cantidad de cosas que preparar (y poner al día este blog, por ejemplo), pues estoy en mi querida Cracovia de vacaciones y a la espera de que pasen, para volver al trabajo...


Eso sí: ¡qué afortunados han sido este año los estudiantes, que les ha caído el premio gordo con estas vacaciones prenavideñas!

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